Por una cuestión cultural estamos acostumbrados a un tipo de construcción que surge en Europa durante el siglo 17, en el que una familia ocupaba una casa durante varias generaciones. Hasta hace relativamente poco tiempo era frecuente encontrar familias que vivían en la casa que había sido de sus abuelos. Esto era posible porque las viviendas se construían pensando en que debían durar cien años.
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