El viejo oficio tradicional conocido como “plomero” siempre se relacionó con la distribución del circuito de agua de una vivienda. En la década de 1960 eran pocos los conocidos especialistas en “plomería”; la rotura de un caño implicaba soldar con un soplete y barras de una aleación de estaño y plata.
A medida que avanzó la sociedad, la tecnología comienza a meterse en el hogar, con servicios sanitarios que brindan mayor confort. Los nuevos materiales brindaban nobleza y robustez a las instalaciones y cada nueva innovación agregaba un nuevo artefacto a la red de agua del hogar, lavarropas automáticos, lavavajillas, hidromasajes, ya es frecuente que haya más de un baño en cada inmueble. Esta suma de servicios trajo confort y en consecuencia mayor consumo.
Un elemento a considerar es mínima la cantidad del agua que se consume en el hogar para beber, el 90 % del agua la usamos y mezclamos con detergentes o grasas y la descartamos una vez contaminada.
Primero lo primero, impacto ecológico:
Potabilizar agua ¡cuesta dinero! es un proceso costoso. La producción de agua tiene un límite. Y el agua no se puede fabricar, por ahora. A pesar de que la mayor cantidad de la superficie terrestre está cubierta de ella, el agua de mar es tóxica para el consumo humano y muy difícil de potabilizar. Esto lo convierte en un recurso NO renovable y cada vez más escaso. Las leyes sanitarias fundamentan la necesidad de profesionalizar el oficio en este problema.
Oportunidad de negocio:
Las instalaciones sanitarias son circuitos de distribución que recorren gran parte de los inmuebles, el agua que reciben es descartada a pozos o redes cloacales. Desde hace un tiempo las leyes han atendido a la necesidad de tratar las aguas negras antes de verterlas a las redes que las recolectan, por ello la profesión sanitaria esta dividida en dos áreas que requieren de distinto conocimiento. Por un lado, la provisión para consumo, generalmente terminan en canillas, monocomandos, o alguna otra llave. Por otro, el tratamiento de descarte que ha evolucionado ya que debemos tratar el agua en casa antes de abastecer la red de tratamiento. La tecnología ha crecido a niveles impensados, a la hora de decidir una instalación sanitaria la cantidad de posibilidades para cada caso son tantas que se requiere de personal especializado, con habilidades y conocimientos específicos, a modo de ejemplo la integración de biodigestores en las redes domiciliarias pasará a ser obligatorio en 2021, tema que trataremos en próximas publicaciones.
Cerrando el tema:
Los servicios sanitarios dejaron de ser una canilla en la cocina y el baño para ser una intrincada red de distribución de todos los hogares, conectada a muchísimos electrodomésticos que nos facilitan la vida. A diferencia de los demás servicios del hogar este produce desechos que estamos obligados a tratar para cuidar el recurso (porque se nos va a terminar) y porque si no son tratados correctamente producen enfermedades.
La oportunidad es hoy:
Cuando aparecen oportunidades de convertir conocimiento en trabajo debemos estar atentos, hoy adquirir y certificar conocimientos con fines laborales es una inversión de bajo costo y altísima rentabilidad.