Los dispositivos móviles, que hoy ya son parte de nuestra vida, todavía lo serán más en los próximos años. El teléfono se ha convertido en una extensión de nuestro cuerpo y ya no podremos vivir sin él.
Suena el despertador, abrimos los ojos. El primer gesto del día es tomar el smartphone para apagar la alarma o ver qué hora es. El teléfono es lo primero que utilizamos por la mañana y no nos separamos de él hasta la hora de dormir. En pocos años, este dispositivo, se ha convertido en un elemento imprescindible en nuestras vidas y las previsiones indican que su uso seguirá creciendo en el futuro.
Se estima que, para 2023, se alcancen los 1.520 millones de móviles, con una tasa media de crecimiento anual del 1,6% en el periodo 2018-2023. En esto, la tecnología 5G jugará un papel clave a corto y medio plazo, ya que dentro de cuatro años supondrá el 26,3% del total de ventas.
Hoy, el 80% de la población mundial dispone de un teléfono móvil, y más de un billón de unidades son teléfonos inteligentes. En la actualidad, consultamos nuestros móviles un promedio de 150 veces al día, y nueve de cada diez personas son incapaces de separarse a más de un metro de distancia de su dispositivo.
¿Para qué lo usamos?
Para escuchar música, leer periódicos, fotografiar y grabar vídeos, comunicarnos a través de las redes sociales, enviar correos electrónicos, consultar el tiempo, buscar información sobre el tráfico, ubicar direcciones en mapas, administrar nuestra agenda diaria, hacer gestiones de todo tipo, bancarias o administrativas, comprar en cualquier tienda, etc.
La lista es inabarcable, lo que demuestra que hoy el teléfono, más allá de su uso tradicional, sirve para casi todo.
¿Cómo serán en el futuro?
Gracias a los avances tecnológicos que están por llegar, muchos de ellos asociados a la tecnología 5G, sus posibilidades se multiplicarán en los próximos años. Aspectos relacionados con la realidad aumentada y la realidad virtual formarán parte de nuestro día a día. Todo esto será posible gracias a la mayor velocidad, menor latencia y mayor capacidad que implica el 5G, y que desarrollará el Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés, Internet of Things) hasta límites insospechados.
El IoT permitirá un mundo ultra-conectado en el que se desplegará la conducción autónoma, la cirugía remota, los juegos inmersivos, la automatización de procesos industriales. Sí, todo esto suena a ciencia ficción, pero sucederá en muy poco tiempo. A través de nuestro teléfono móvil, gracias a la colocación de sensores, podremos saber, por ejemplo, si la temperatura en nuestra casa es fría, y conectar la calefacción. O si nuestra heladera está quedando vacía, y reponer determinados alimentos. Incluso dispondremos de sensores en nuestro propio cuerpo que nos informarán en tiempo real de posibles problemas de salud. Así de integrados estarán los teléfonos móviles en nuestras vidas. En cierta medida, los avances tecnológicos convertirán al smartphone en un apéndice de nuestro cuerpo. En definitiva, un universo de posibilidades que nos ayudarán a gestionar mejor nuestra vida, nuestra salud y nuestro tiempo. O lo que es lo mismo, a vivir mejor.
Los teléfonos Inteligentes o smartphones seguirán siendo, y cada vez más, parte de nuestras vidas. Sin duda, montar un negocio con base en esta tecnología representa, por un lado, una oportunidad, y por otro, un desafío de actualización constante.
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Fuente: EL PAÍS